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Estimadas y estimados socios:

Como es de su conocimiento, la Sociedad Chilena de Ciencias del Mar, desde 2010 entrega anualmente el Premio “Honor in Scientia Marina” a un socio(a) que haya tenido una clara y destacada participación en las actividades de la Sociedad, en su misión de fomentar y promover el desarrollo de las Ciencias del Mar en Chile.

Dando cumplimiento a este objetivo, el Directorio de esta Sociedad convoca a las y los socios para nominar candidatos/as a este Premio para el presente año, de acuerdo a las bases y protocolo que se adjuntan a esta convocatoria.

Considerando que este reconocimiento será entregado en la Ceremonia Inaugural del XL Congreso de Ciencias del Mar, co-organizado con la Universidad de Magallanes, a efectuarse entre el 24 y 28 de mayo de 2021, el cierre de la recepción de las propuestas de candidatos/as será el viernes 26 de marzo del 2021. Las propuestas, junto con la documentación de apoyo en formato PDF, deberán ser enviadas al Secretario del Directorio, Sr. Pedro Vergara (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.). Se requiere C. Vitae y carta firmada por las y los socios patrocinantes.

Agradeciendo de antemano la máxima difusión a esta convocatoria, les saluda muy atentamente,

El Directorio 

Convocatoria al premio

De acuerdo con la Ley General de Pesca y Acuicultura del 2013, el manejo de los recursos acuáticos en Chile debe avanzar hacia el Manejo con Enfoque Ecosistémico, lo cual evidentemente tomará su tiempo. En ese sentido, durante el XXXVII Congreso de Ciencias del Mar del 2017, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y la Universidad de Concepción (UDEC) organizan el simposio “Manejo de Recursos Acuáticos con Enfoque Ecosistémico”. Luego, en el XXXVIII Congreso de Ciencias del Mar del 20018, la Sociedad Chilena de Ciencias del Mar (SCHCM) y el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) realizan el simposio “Enfoque Ecosistémico para el Manejo de Pesquerías en Chile en un contexto de Cambio Climático”, el cual contó con especialistas nacionales e internacionales, estableciendo el compromiso de revisar la situación en dos años.

Consecuentemente, resulta oportuno abrir nuevamente una discusión que muestre la forma de cómo se está abordando el tema, cuáles son las brechas y el camino a seguir para que el manejo pesquero y acuícola con enfoque ecosistémico se haga realidad en un tiempo razonable. Esto será relevante y oportuno por el estado desmejorado de un número importante de pesquerías que necesitan acciones de recuperación, y por los problemas de la acuicultura asociados a su desarrollo y a las capacidades de carga ecosistémicas; además de las evidencias de los impactos del cambio climático en los océanos.

El Seminario es nuevamente una invitación de la SCHCM y del IFOP para compartir las visiones y experiencias que se tienen al respecto, desde lo local a lo internacional, y particularmente desde la investigación científica asociada al manejo de los recursos. Para ello hemos comprometido un conjunto de expositores nacionales e internacionales que nos darán señales de cómo se está avanzando en el tema, cuales son las brechas, cómo mejorar la colaboración y cuál sería la hoja de ruta de este importante desafío.

¿Cuándo? entre el 1 y 3 de diciembre

¿Dónde? Via zoom & facebook live @schmar

Instituciones responsables: SCHCM e IFOP

¡Los esperamos!

Desde la extracción a la mesa, son las mujeres del mar las que procesan los productos marinos otorgándoles innovación y valor agregado. En un encuentro virtual, se relevó sus historias de esfuerzo, transformación, perseverancia, además de sus desafíos; en un sector liderado por hombres.

Presentes en las actividades complementarias de la pesca, las mujeres cumplen un rol vital en el proceso final de los productos del mar. Para realzar la importancia que ellas tienen dentro de la cadena productiva, la iniciativa “Del Mar a Mi Mesa” de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), realizó un encuentro donde mujeres de distintas actividades en torno al mar, compartieron sus experiencias en la pesca y la acuicultura. 

A través de Facebook Live, el conversatorio “Comunidad del Mar, Mujeres del Mar” incluyó la participación de panelistas del sector artesanal, la academia y de la FAO, quienes entregaron una mirada desde las estadísticas sobre la participación de las mujeres en la pesca artesanal e industrial. 

En Chile, existen 91 mil pescadores artesanales inscritos, de los cuales 22 mil son mujeres que trabajan de manera formal, además de 1.190 organizaciones de pesca artesanal (sindicatos, cooperativas, federaciones), de las cuales, 54 son sólo de mujeres. 

Sandra Ferrada, de la Universidad de Concepción, directora de la etapa lll del proyecto “Del Mar a Mi Mesa”, comenta que la presencia de la mujer en el mar, en los distintos eslabones de la cadena productiva es fundamental. “Sin el trabajo de las mujeres, los productos del mar no serían como son. Son ellas las que limpian, charquean, terminan el proceso y quienes dan innovación y valor agregado a los productos del mar, extraídos por los hombres principalmente. Nos interesa dignificar y visibilizar este trabajo para completar la cadena y mantener en el tiempo”, explica. 

Según la FAO, se estima que mundialmente la pesca y la acuicultura emplean 200 millones de personas. Las mujeres representan el 50% de esa labor, ya sea formal o informal, con o sin remuneración; no así el caso de los hombres, quienes cuentan con registro y trabajan en forma remunerada.  

“En América Latina todavía la mujer está un paso atrás en términos de derechos y avances de autonomía económica en el sector pesquero. En Chile, el 24% de las mujeres están registradas, cifra baja porque tienen limitados el número de registros. Cuando logran participar de asociaciones gremiales mixtas, tienen poca representatividad, lo que profundiza aún más la brecha. La FAO recomienda mejorar las estadísticas. Lo que no se cuantifica, no se puede nombrar.  Debemos saber dónde están esas mujeres y fomentar que participen en asociaciones gremiales, que puedan tener voz, que sean reconocidas, que tengan remuneración”, agregó Fabiana Pierre, especialista en temas de género de FAO Chile. 

Asimismo, Juana Silva, presidenta de la Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Industria Pesquera Región del Biobío, FESIP, enfatizó en la necesidad de contar con estabilidad laboral y seguridad social al interior de las empresas. “Desarrollamos un trabajo de calidad en el proceso de la materia prima. Trabajamos responsablemente para el consumo humano, en la elaboración de conservas, congelados de jurel, elaboración de pesca blanca, elaboración de langostino colorado y amarillo, entre otros”, expresó. 

Al respecto, Paulina Barraza, directora zonal de Pesca y Acuicultura de Magallanes, señaló que uno de los ejes prioritarios del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera es ir avanzando, con un enfoque de género, hacia un mayor progreso y posicionamiento de las mujeres en distintos ámbitos. En ese sentido, a través de diversos programas estatales, como en Sercotec e Indespa, las mujeres pescadoras, por ejemplo, pueden obtener herramientas y fondos para materializar proyectos productivos y obtener capacitaciones en el rubro, que les permitan un mayor desarrollo”.

A la comunidad

Junto con saludar, enviamos a ustedes información respecto al ciclo de seminarios organizado por la Sociedad Chilena de Ciencias del Mar y el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, denominado "Efectos del cambio climático sobre los ecosistemas marinos y costeros, la pesca y la acuicultura: conocimiento, brechas y colaboración". 

Más detalles del ciclo, temáticas, días y horarios se adjuntan. Los dejamos cordialmente invitados a participar de cada uno de los encuentros a las 17:00 horas desde nuestro Facebook live.

Al año del establecimiento del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Conocimiento (MCTIC), este recibe como presente de aniversario, una reducción presupuestaria que en un primer momento significó la suspensión del Programa Becas Chile para Doctorado, el año pasado se había suspendido ya Becas Chile para Magister. Pocos días después la Ciencia Chilena recibe una nueva noticia, el recorte presupuestario del 9% al presupuesto del MCTIC. El escuálido 0,38% del PIB del país que se direcciona a la Ciencia sufre un nuevo recorte. Es importante destacar que los países OCDE asignaron en promedio un 2,4% para inversión en Ciencia y Tecnología al año 2019. Así mismo es importante destacar que nuestra inversión en Ciencia y Tecnología está un orden de magnitud bajo la media OCDE, lo que significa que, sacando a Chile del promedio, OCDE dedica mucho más del 2,4% a Ciencia y Tecnología. Países líderes en desarrollo científico, como Israel y China, se acercan al 4% de sus respectivos PIB en inversión en Ciencia y tecnología.

En condiciones de pandemia, resulta incomprensible que sea la Ciencia, motor de conocimiento, la que sufra recortes presupuestarios. Las consecuencias de estas decisiones son que la formación de científicos, talento humano altamente calificado, se verá fuertemente afectada, con consecuencias que no se medirán a corto plazo, sino a mediano, largo plazo, cuando aquellos talentos que debieron formarse, no lo fueron. Por otro lado, el recorte afectará necesariamente ya no solo la formación de talento humano sino también el financiamiento de la Ciencia. De nuevo, con consecuencias que no se verán a corto plazo, pero si a mediano y largo plazo, cuando veamos con preocupación cómo la Ciencia Chilena se retrasa cada vez más.

Por otro lado, 12 Octubre de 2020 el Proyecto de Ley de Presupuesto 2021 para la educación superior presenta una variación negativa del programa 02 de fortalecimiento a la educación superior pública y un reducido aumento del programa sobre educación superior, habrá una disminución del aporte fiscal directo y también a la asignación de educación superior regional. La partida para promover, apoyar y fomentar las universidades regionales, en tanto ellas aportan a sus territorios, será reducido en un 15%. En resumen, las mezquinas políticas de Hacienda, con nula capacidad de proyección a futuro y que son incapaces de comprender la importancia de la Ciencia para el desarrollo de nuestro territorios y del Pais, atentan contra este desarrollo no solo al anular la formación de Talento Humano, también al disminuir el presupuesto del MCTIC y el golpe de gracia: reducción presupuestaria a Universidades regionales. El Señor Ministro de Ciencia, Tecnología Innovación y Conocimiento declaro en diciembre de 2018, que uno de sus objetivos era nutrir de competitividad el ambiente científico nacional, pero con recursos, cuestionando con dureza a la administración saliente de Michelle Bachelet dicho mucho que la ciencia es importante para el desarrollo del país. Pero esa importancia debe, indicando que "Este gobierno (M Bachelet) no ha manifestado un interés real por la ciencia. La Presidenta ha reflejarse con fuerza en el presupuesto, el resto es maquillaje". Señor Ministro, esas son sus palabras, lo que está ocurriendo es extraordinariamente grave, y su accionar como Ministro pone en duda la valides de sus declaraciones de diciembre 2018.

Señor Ministro, en tanto Científico, Usted sabe perfectamente bien que ningún país se ha desarrollado sin Ciencia, que sin Ciencia no hay Tecnología y sin desarrollo tecnológico no hay desarrollo económico ni social. Y si hay un hecho que ha demostrado esto en el último tiempo, es la pandemia que vivimos. Su solución necesita dos cosas primordiales: conocimiento y educación, tanto para lidiar con ella directamente, como para lidiar con las consecuencias que requerirán de un esfuerzo especial de creatividad, emprendimiento e innovación para recuperar empleos y la senda hacia el ansiado desarrollo. Y el conocimiento requerido no es importable, tiene que generarse en el país, adaptado a sus singularidades geográficas, naturales, sociales y económicas. Lo que en otros países se prueba exitoso, realizado en Chile puede ser un fracaso por la falta de comprensión y ajuste a nuestros sistemas naturales, productivos y sociales. Para resolver eso se requiere fortalecer el desarrollo científico-tecnológico a nivel nacional y regional, y se requiere profesionales y población en general educados al más alto nivel posible. En ese contexto resultan incomprensibles las políticas de reducción de presupuesto justo en las herramientas para lograr resolver nuestros problemas y desarrollarnos para que la próxima crisis que ocurra (se pronostica que este tipo de crisis serán recurrentes en el futuro) nos encuentre mejor preparados, condenando al país a mediano y largo plazo al retroceso en el concierto de los países de la OCDE. Demostraremos no haber logrado aprender las lecciones que esta crisis nos está dejando. 

Dr. Marcelo E. Oliva Presidente

Sociedad Chilena de Ciencias del Mar

La Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, implementará -a partir de 2021- una Política de Acceso Abierto a Información Científica y Datos de Investigación. Con ella, busca asegurar la disponibilidad del conocimiento científico contenido en las publicaciones resultantes de la ejecución de los proyectos de investigación, financiados con recursos provenientes de la Agencia.

Los resultados involucrados en esta política pública, que promueve el acceso abierto a los avances y evidencia científica, financiados con fondos del Estado, también comprenden las tesis elaboradas en el marco de los programas de becas y los datos emanados de las investigaciones individuales o asociativas.

Para su diseño, la Agencia ha recogido las experiencias de diversos organismos, actores y expertos en la materia. Antes de implementarla, nos interesa conocer las opiniones de la comunidad científica, usuarios, usuarias y de la ciudadanía, a través de esta consulta participativa no vinculante.

Agradecemos, desde ya, el interés de quienes participen en esta instancia consultiva, lo que permitirá enriquecer, implementar y monitorear, de manera más precisa y proactiva, esta iniciativa.

La consulta permanecerá abierta hasta el viernes 31 de julio, a las 23:59. Sus resultados se publicarán durante el segundo semestre, en el sitio web de la ANID. 

Columna de nuestro socio Dr. Eleuterio Yáñez Rodríguez:

Los primeros esfuerzos de la acuicultura en Chile se realizan en el período 1921-1973, aunque comercialmente esta se desarrolla desde 1980, es decir, hace 40 años. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés), entre el 2008 y 2017 en Chile se cultivan 19 especies, de las cuales 17 con cosechas. En tanto que en la visión general del sector acuicultura nacional, FAO señala que en Chile se cultivan 14 especies, de las cuales tan solo seis son nativas (cinco moluscos y una alga). Por su parte, Fundación Chile, con más de 40 años de experiencia en el área, indica que una veintena de especies candidatas a cultivo han sido parte de sus proyectos de investigación y desarrollo (I+D).

Para satisfacer la necesidad de alimento, relacionado con el crecimiento proyectado de la población mundial al 2050, se requerirá un incremento de 70% de la producción desde el 2005. En Chile, la producción total de la acuicultura aumentó desde poco menos de 65.000 toneladas (t) en 1993 a 1.365.221 t en el 2018; de estas últimas, 67% peces, 31% moluscos (no menos importante) y 1% algas.

Según el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), en 2018 el registro total de centros de cultivos en el país fue de 3.664, de las cuales operaron 2.217 y cosecharon tan solo 1.370. Un hecho relevante es que centros de cultivo se encuentran en todas las regiones de país y que en el 2018 solo las regiones de Arica y Parinacota, Metropolitana y Maule no mostraron cosechas. Otro hecho a resaltar es que los centros de cultivo están muy concentrados: de los 1.396 de moluscos, 1.165 se encuentran en la región de Los Lagos; y de los 1.798 de peces, 664 están en Los Lagos, 766 en Aysén y ya 140 en la región de Magallanes y de la Antártica Chilena.

Volvamos a las cifras, del total cosechado en el 2018, 669.000 t corresponden a salmón Atlántico, 175.000 a salmón plateado (coho) y 80.000 a truchas; en tanto que 402.000 corresponden a moluscos, de los cuales 96% a choritos (muy importantes entonces). Lógicamente, el 92% de la cosecha total se realiza en las regiones de Los Lagos y de Aysén (64% y 28%, respectivamente) y 6% en Magallanes. En el 2018, el sector pesca y acuicultura exportó por un total de US$7.030 millones, de los cuales US$5.171 millones corresponden a salmones y truchas.

Las cifras antes expuestas resultan muy significativas como producción e ingresos económicos al país, particularmente por parte de la salmonicultura, pero ¿cuáles son los costos de la realización de estas actividades? No solo estamos hablando de los costos asociados a la operación misma de los cultivos, sino tal vez a costos no considerados de los problemas relacionados con estas actividades, incluidos los ambientales, sociales, geopolíticos y del desarrollo regional.

En pesca, los problemas que tenemos (sobreexplotación, cambio climático, política normativa, pesca ilegal, comercialización, otros) comprometen a toda la institucionalidad (manejo, control, investigación, comercialización, otros). En acuicultura, se pueden mencionar algunos problemas más específicos que se repiten en los informes, como los de: institucionalidad, gobernanza, uso de antibióticos, contaminación orgánica que produce eutroficación y desoxigenación, malas prácticas, cambio climático, marea roja, capacidad de carga, escapes y predación afectando el ecosistéma, diversificación, mercado, relocalización y eventualmente geopolíticos.

Para satisfacer la necesidad de alimento, relacionado con el crecimiento proyectado de la población mundial al 2050, se requerirá un incremento de 70% de la producción desde el 2005. En Chile, la producción total de la acuicultura aumentó desde poco menos de 65.000 toneladas (t) en 1993 a 1.365.221 t en el 2018; de estas últimas, 67% peces, 31% moluscos (no menos importante) y 1% algas.

Según el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), en 2018 el registro total de centros de cultivos en el país fue de 3.664, de las cuales operaron 2.217 y cosecharon tan solo 1.370. Un hecho relevante es que centros de cultivo se encuentran en todas las regiones de país y que en el 2018 solo las regiones de Arica y Parinacota, Metropolitana y Maule no mostraron cosechas. Otro hecho a resaltar es que los centros de cultivo están muy concentrados: de los 1.396 de moluscos, 1.165 se encuentran en la región de Los Lagos; y de los 1.798 de peces, 664 están en Los Lagos, 766 en Aysén y ya 140 en la región de Magallanes y de la Antártica Chilena.

Volvamos a las cifras, del total cosechado en el 2018, 669.000 t corresponden a salmón Atlántico, 175.000 a salmón plateado (coho) y 80.000 a truchas; en tanto que 402.000 corresponden a moluscos, de los cuales 96% a choritos (muy importantes entonces). Lógicamente, el 92% de la cosecha total se realiza en las regiones de Los Lagos y de Aysén (64% y 28%, respectivamente) y 6% en Magallanes. En el 2018, el sector pesca y acuicultura exportó por un total de US$7.030 millones, de los cuales US$5.171 millones corresponden a salmones y truchas.

Las cifras antes expuestas resultan muy significativas como producción e ingresos económicos al país, particularmente por parte de la salmonicultura, pero ¿cuáles son los costos de la realización de estas actividades? No solo estamos hablando de los costos asociados a la operación misma de los cultivos, sino tal vez a costos no considerados de los problemas relacionados con estas actividades, incluidos los ambientales, sociales, geopolíticos y del desarrollo regional.

En pesca, los problemas que tenemos (sobreexplotación, cambio climático, política normativa, pesca ilegal, comercialización, otros) comprometen a toda la institucionalidad (manejo, control, investigación, comercialización, otros). En acuicultura, se pueden mencionar algunos problemas más específicos que se repiten en los informes, como los de: institucionalidad, gobernanza, uso de antibióticos, contaminación orgánica que produce eutroficación y desoxigenación, malas prácticas, cambio climático, marea roja, capacidad de carga, escapes y predación afectando el ecosistéma, diversificación, mercado, relocalización y eventualmente geopolíticos.

 

En nombre propio y de la comunidad de la Facultad de Ciencias del Mar y de Recursos Naturales, queremos expresar nuestro profundo pesar por el sensible fallecimiento de nuestro ex Profesor LUIS ÁNGEL RAMORINO MESCHI, ocurrido el día de ayer en la ciudad de Santiago.

El Prof. Ramorino trabajó por más de 40 años en actividades de docencia, investigación y extensión de la carrera de Biología Marina, y contribuyó, a través de su cátedra, laboratorio, investigaciones y publicaciones, a potenciar el desarrollo de las ciencias del mar, tanto a nivel nacional como internacional. Fue formador de muchos y muchas profesionales en Biología Marina, y muy apreciado y respetado por sus estudiantes, por sus pares y funcionarios (as), acogiéndose a retiro en 2008.

El Prof. Ramorino ocupó la dirección del Departamento de Oceanología desde 1975 a 1978, e Instituto de Oceanología en los años 1982 a 1986, actual Facultad de Ciencias del Mar y de Recursos Naturales de la Universidad de Valparaíso.

Se adjunta una breve reseña histórica, escrita por quien le sucediera en el cargo de Director de la Escuela de Biología Marina, el Prof. Pablo Muñoz Salazar.

Queremos expresar nuestras más sentidas condolencias a su familia, y a quienes fueron sus colegas y compañeros de labores. Agradecemos a nuestra socia @pilarmunozmuga por compartir esta lamentable noticia de pérdida del Profesor Luis Ramorino. 

DECLARACION PÚBLICA

SOCIEDAD CHILENA DE CIENCIAS DEL MAR

Proyecto de Nuevo Ministerio de Agricultura, Alimentos y Desarrollo Rural

Frente al anuncio del Gobierno de crear el Ministerio de Agricultura, Alimentos y Desarrollo Rural (Mensaje N° 576-367), incorporando a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (SUBPESCA) y entes asociados, la Sociedad Chilena de Ciencias del Mar (SCHCM) estima la necesidad de pronunciarse sobre el particular, desde el punto de vista de sus competencias.

En primer lugar expresamos nuestra extrañeza por la suma urgencia con la cual la propuesta fue presentada a la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, teniendo en cuenta la importancia de la iniciativa y la poca participación en la discusión de sectores directamente afectados como, por ejemplo, gremios de pescadores y de acuicultores, o instituciones como SUBPESCA, SERNAPESCA e IFOP, o incluso la propia Comisión de Pesca y Acuicultura de la Cámara de Diputados. Si bien es cierto la suma urgencia fue retirada por parte del ejecutivo, con el compromiso de iniciar un proceso consultivo para mejorar el proyecto, si fue aprobada la idea de legislar. Ante esta situación, queda la pregunta de si es el mejor momento de iniciar la discusión de esta Ley, dada la grave situación nacional y mundial asociada a la pandemia que nos aflige, además del estallido social en nuestro país. Claramente las prioridades sociales son otras y a nuestro entender de mayor atingencia, pues los próximos meses serán muy delicados en relación con la seguridad alimentaria. Es necesario que los encargados de la producción, distribución y fiscalización de alimentos puedan concentrarse en esa actividad, y no involucrarse en una discusión muy importante en el futuro próximo, pero perturbadora en este momento. 

Creemos que son muchas las dudas que este proyecto genera y estimamos que no ha sido adecuadamente formulado ni racionalmente estructurado. Si queremos una sólida institucionalidad referida a Pesca y Acuicultura, esta debe discutirse ampliamente y por todos los actores involucrados. Sin ningún tipo de exclusiones, debemos tener el tiempo suficiente para un análisis crítico y profundo de esta propuesta, de modo que los aportes sean profundamente discutidos y basados en “la mejor información disponible”. 

Dicho esto y con el afán de aportar a la discusión, como Sociedad Chilena de Ciencias del Mar, corporación privada sin fines de lucro que agrupa a una fracción importante de actores académicos y profesionales de las ciencias del mar del país, nos sentimos en la obligación de entregar algunos aspectos, directrices y alcances que ayuden a reforzar la mirada desde aquellos que creemos en el mar como un eje primordial del desarrollo económico y social de nuestro país.

En primer lugar, creemos importante relevar la importancia de la actividad pesquera y acuícola del país, la que amerita sin duda que figure al menos en el nombre del nuevo ministerio. Hay ejemplos donde esto se ha hecho, por ejemplo, en España donde el ministerio se denomina “Agricultura, Pesca y Alimentación” o en Japón donde este se denomina “Agricultura, Silvicultura y Pesca”.  Al considerar este cambio, estamos evidenciando la importancia que como país le damos a esta actividad económica, lo cual incluso se acopla mejor al proyecto en cuestión, pues en su organigrama involucra la existencia de dos subsecretarias, una de Agricultura, Alimentos y Desarrollo Social, y otra de Pesca y Acuicultura. No obstante, esta propuesta podría no ser la única solución, también están las alternativas de crear un Ministerio del Mar o un Ministerio de Pesca, Acuicultura y Manejo de la Zona Costera.

En segundo lugar, se plantea la promoción de un sistema agroalimentario, pesquero, acuícola y forestal competitivo y sostenible, comprometido socialmente, que sea base del desarrollo regional y rural. Sin embargo, en el proyecto se consideran solo las dos Subsecretarias antes mencionadas. Estimamos que debería haber al menos tres Subsecretarías, una de Agricultura, otra de Pesca y Acuicultura, y otra Forestal. El desarrollo rural cruza todas estas actividades, por lo que se debería considerar una institucionalidad propia enfocada en este desafío, o cuidar muy bien que ese tema sea más transversal en las tres subsecretarías.  

Adicionalmente, se plantea que el mundo rural requiere de una nueva visión y coordinación de políticas sectoriales. También se indica que el rol del nuevo Ministerio en el desarrollo rural requiere de un trabajo interministerial, cuyo foco se centre en la mejora del acceso a la salud, educación, capacitación, conectividad y vivienda; entre otros. Esto se estima muy deseable, pero debe establecerse con claridad el mecanismo que se implementará para lograrlo; también se debe incluir en este mecanismo el desarrollo de las formas de vida de los pescadores artesanales y acuicultores de pequeña escala.    

A nivel más específico, es importante que la Institucionalidad de Pesca y Acuicultura dependa de un Ministerio que recoja los intereses nacionales de este ambiente, que supera en superficie a Chile Continental y que es fuente, a condición de ser bien administradas y manejadas, de innumerables riquezas naturales renovables que claman por sustentabilidad. Además está la actividad acuícola, que debe tener un definido impulso para no quedarnos prácticamente solo en salmonicultura y entrar de lleno en el Desarrollo de la Acuicultura en Chile. Dicha institucionalidad también es deseable, para no “atomizar” al sector pesquero y acuícola, y aseguraría que las decisiones que se tomen lo sean por autoridades idóneas y que obedezcan a la sustentabilidad de los recursos.

No nos cerramos a discutir las posibilidades de otras propuestas, como las mencionadas anteriormente. No obstante, el proponer devolver la Pesca y la Acuicultura a la vecindad de la Agricultura se reconoce que son actividades que comparten la producción de recursos naturales renovables, que deben velar más por su sustentabilidad, más que por su crecimiento en forma indefinida como se dejó entender en Economía.  Necesariamente la productividad natural es finita y debe ser administrada para que no se exceda en términos de captura/cosecha.  Por eso el “volver a casa” debe asegurarnos el desarrollo propio y necesario para afrontar los tiempos que vienen, con la debida modernización de nuestro sistema. Esta modernización ante el escenario actual y el de post – pandemia, requerirá la optimización de la producción de alimentos, pero sin implicar una relajación en las regulaciones que aseguren una producción sustentable, no solo en lo económico sino también en lo ambiental, como es el caso, por ejemplo, de la acuicultura intensiva.

La situación originada por la pandemia obliga a fijar prioridades a la luz de la agudización de la crisis sanitaria y la potencial crisis alimentaria. Estos son los problemas que hoy ameritan suma urgencia y no debemos perder el foco en otras cosas menos trascendentes. 

A la luz de este proyecto parece que en la mente del Ejecutivo la Actividad Pesquera y Acuícola se restringe a lo que es la Subsecretaria de Pesca y Acuicultura (SUBPESCA). Pero la institucionalidad tiene varios paralelos. Así están las dos subsecretarías (SUBAGRI, SUBPESCA), los servicios (SAG, SERNAPESCA), los institutos enfocados en el mundo rural (INDAP, INDEPESCA), y los institutos de investigación (INIA, IFOP).  Es importante recoger bien esta institucionalidad que coincide, pero que radicada en ministerios diferentes será necesariamente burocrática y poco funcional. De igual manera, es importante incluir bajo la misma mirada al sector forestal. 

Los temas mencionados revelan que lo que se plantea es un tema muy complejo.  Se trata de ámbitos productivos muy importantes para el desarrollo del país, pero por sobre todo para la seguridad alimentaria. El proyecto debe recoger esa complejidad y eso necesita una buena discusión, con amplia participación de los sectores involucrados. Primero evidenciar esa complejidad, para que luego la institucionalidad no rompa equilibrios que se han ido construyendo con el tiempo, entre la administración pública y el diverso mundo privado, a todo nivel, que trabaja y produce en todo ese amplio campo.    

Sólo se dieron algunos ejemplos de temas a considerar. En lo esencial nos tranquiliza el que se le haya quitado la suma urgencia al proyecto, lo que permitirá organizar, cuando las condiciones lo permitan, un amplio proceso democrático, participativo y debidamente informado, con los tiempos necesarios para que el resultado sea sustentable y sostenido en el tiempo.

En resumen, la decisión de cambiar la Subsecretaria de Pesca y Acuicultura la apoyaremos cuando tengamos la posibilidad de revisar (y contribuir con) una propuesta que precise las formas que aseguren un funcionamiento moderno para afrontar el futuro. Al respecto debemos asegurarnos de ver: 

Como equilibramos el bienestar de la naturaleza y sus recursos, con el bienestar socio-económico: se puede pescar/cosechar menos, y ganar más en lo socio-económico y en la protección de los recursos y su entorno. 

Como aseguramos de una administración con especialistas en manejo de recursos naturales del más alto nivel y organizados frente a un propósito, cual es la sustentabilidad de las actividades productivas.

Como asegurarnos de una investigación que dé cuenta de los desafíos de la Ley de Pesca   y Acuicultura, que considera en el manejo el enfoque ecosistémico y precautorio, que rol cumplirá IFOP, INDEPESCA, FIPA, Institutos y el mundo académico albergado en las Universidades.

Como logramos un sistema de control que minimice los graves daños que producen el descarte, el sub-reporte, el mal trato de las capturas, la mala comercialización nacional, entre otros (revisar el funcionamiento de SERNAPESCA), permitiendo la recuperación de recursos sobreexplotados y agotados. 

 

Como afianzamos una relación internacional más horizontal. Si somos reconocidos internacionalmente como un país pesquero y cultivador de salmones, debemos también ser reconocidos por los enfoques de manejo, la investigación y el control sobre nuestros sistemas pesqueros y acuícolas; sin dejar de considerar que debemos aportar a la seguridad alimentaria en tiempos de post pandemia agravándose aún más por el cambio climático. 

Martes, 15 Marzo 2022 13:23

COP25: quedamos igual

CIPERCHILE.CL. 16.12.2019

Por José Luis Iriarte

 

TEMAS: Acuerdo de París, COP25, Crisis Climática, Medio Ambiente

 

El autor de esta columna es oceanógrafo y el 9 de diciembre presentó en la COP25 la ponencia “Patagonia y Antártica: el Océano Austral bajo amenaza”. Decepcionado de la oportunidad perdida en ese encuentro que presidía Chile, explica en qué temas urgentes no hubo avance. Reconoce la falta capacidad política chilena para generar acuerdos y para recoger el trabajo científico nacional, pero remarca que este es un fracaso de todos los países. ¿Los únicos ganadores? “Los grandes contaminantes, que continuarán actuando bajo el escenario de Business as usual“.

En abril de este año, cuando el recién creado Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Chile diseñó siete ejes temáticos para la COP25, la cumbre medioambiental de la Organización de Naciones Unidas (ONU), más de 600 científicos comenzamos a participar en las mesas de trabajo.

Durante ocho meses se realizaron talleres que tuvieron como propósito elaborar reportes de la comunidad científica respecto de acciones de mitigación, adaptación y gobernanza en torno al cambio climático para que el gobierno chileno las considerara como recomendaciones en la cumbre. Cuando aún se trabajaba en este informe, el estallido social en Chile obligó a cambiar la sede de la COP25 y rápidamente España se ofreció para acogerla.

En Madrid, llamó la atención el nivel de organización y logística que logró implementarse en menos de un mes, para desarrollar este encuentro internacional que congregó a más de 20 mil personas de diversos países. La primera semana estuvo marcada por la gran cantidad de eventos paralelos, donde destacaron paneles científicos en conjunto con actividades organizadas por ONG’s, movimientos de jóvenes y pueblos originarios, entre otros representantes de la sociedad civil.

“Uno de los temas críticos en los que no se pudo avanzar fue en el Artículo 6 del Acuerdo de París, que contempla la regulación del mercado de carbono. Esto significa que seguirán prevaleciendo las políticas internas de las naciones por sobre un consenso y la implementación de fuertes reglas a escala global”.

Cuando el gobierno chileno tomó el liderazgo de la cumbre, anunció que el sello sería “Blue COP”, lo que en la teoría implicaba dar especial relevancia a los océanos. En la conferencia, los paneles de discusión de las Zonas Verde y Azul transmitimos la importancia tanto de la criósfera, como de los ambientes oceánicos de la Patagonia y Antártica. Sobre la base de nuestras investigaciones en las últimas décadas, el mensaje que intentemos transmitir es que los océanos son sistemas que deben ser considerados como parte de los planes de mitigación. Ellos nos están ayudando a través de la fotosíntesis y, por tanto, actúan como sistemas de soporte, amortiguador ante el incremento del CO2 antropogénico.

Desde la vereda de la oceanografía, había grandes expectativas de lograr que se diera protección a algún porcentaje de áreas marinas y su biodiversidad en regiones que ya sabemos son las más vulnerables.

Pero esto no ocurrió.

En los últimos dos días de la COP25, donde las partes discutían las directrices más ambiciosas de acción climática para los siguientes años, no se visualizó una fuerte conexión entre los tomadores de decisiones de Chile y la evidencia científica recopilada. Las negociaciones y el resultado final tampoco reflejaron los esfuerzos de todos los ciudadanos que viajaron y participaron en la cumbre. Indudablemente, la articulación entre los documentos técnicos elaborados por la comunidad científica y los negociadores fue débil, lo que valió fuertes críticas a la presidencia de la COP25.

“La comunidad internacional perdió un momento clave de mostrar un incremento en las ambiciones sobre mitigación y adaptación para combatir la crisis climática, especialmente para los países menos desarrollados y, por lo tanto, más vulnerables al cambio climático”.

Uno de los temas críticos para hacer frente la urgencia climática, en los que no se pudo avanzar, fue en el Artículo 6 del Acuerdo de París, que contempla la regulación del mercado de carbono. En términos simples, esto significa que seguirán prevaleciendo las políticas internas de las naciones por sobre un consenso y la implementación de fuertes reglas a escala global. Por ahora, los Estados presentan planes de recorte de emisiones de carbono, pero al no estar los principales emisores (China, Rusia, Brasil, India y Estados Unidos), el manejo del incremento de temperatura global será insuficiente.

Un segundo punto clave se relacionó con la falta de clarificación respecto de los mecanismos de financiamiento para los planes de mitigación y adaptación principalmente por los países sub-desarrollados y en desarrollo. Aquí la evidencia científica es clara: los dos últimos reportes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) sobre Tierra y Océanos indican que las regiones más en riesgo son aquellas más vulnerables en términos económicos. Por lo tanto, sus mecanismos presupuestarios para combatir la problemática son aún inciertos.

¿Cuáles serán las acciones de adaptación para países sub-desarrollados y en desarrollo bajo un sistema sustentable? ¿En qué consistirán las políticas de ayuda financiera respecto de procesos sociales como las migraciones o los Derechos Humanos en la adaptación frente al cambio climático? Estas interrogantes no se pudieron desarrollar ni finalizar con acciones ambiciosas durante la COP25.

“En los últimos dos días de la COP25, donde las partes discutían las directrices más ambiciosas de acción climática para los siguientes años, no se visualizó una fuerte conexión entre los tomadores de decisiones de Chile y la evidencia científica recopilada. Las negociaciones y el resultado final tampoco reflejaron los esfuerzos de todos los ciudadanos que viajaron y participaron en la cumbre”.

Las negociaciones de Chile no recogieron el espíritu del Acuerdo de París y, por lo tanto, no pudieron alcanzar un trabajo estratégico con los países desarrollados para presentar planes y acciones severas y urgentes.  La comunidad internacional perdió un momento clave de mostrar un incremento en las ambiciones sobre mitigación y adaptación para combatir la crisis climática, especialmente para los países menos desarrollados y, por lo tanto, más vulnerables al cambio climático.

Lo hemos dicho de varias maneras: la evidencia científica es contundente e irrefutable. No se entiende cómo en esta oportunidad los gobiernos (195 países) no llegaron a compromisos de acciones potentes para seguir avanzando. Los grandes contaminantes continuarán actuando bajo el escenario de Business as usual y, por lo tanto, seguirán siendo los responsables de las mayores emisiones de CO2. Por su parte, Chile liderando la COP25 fue débil en su intento por convencer a estas grandes potencias de incorporarse al Artículo 6 del Acuerdo de Paris. El fracaso es de todos los gobiernos y en ese sentido, los hechos le dan la razón a la joven activista Greta Thunberg quien declaró en Madrid: “Llevamos un año marchando y no hemos avanzado nada”.

A pesar de todos los esfuerzos realizados por la comunidad científica encabezada por los ministerios de Ciencia y Medioambiente, el resultado final demuestra la inexperiencia del gobierno en liderar procesos político-ambientales a escala mundial. Pese a esta “decepción”, el proceso aún no finaliza. Cada uno de los siete reportes que se elaboraron, deben ser considerados en los análisis para desarrollar futuras políticas públicas respetuosas con el medioambiente y nuestra gente.

Este artículo es parte del proyecto CIPER/Académico, una iniciativa de CIPER que busca ser un puente entre la academia y el debate público, cumpliendo con uno de los objetivos fundacionales que inspiran a nuestro medio.

CIPER/Académico es un espacio abierto a toda aquella investigación académica nacional e internacional que busca enriquecer la discusión sobre la realidad social y económica.

Hasta el momento, CIPER/Académico recibe aportes de tres centros de estudios: el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR) y el Instituto Milenio Fundamentos de los Datos (IMFD). Estos aportes no condicionan la libertad editorial de CIPER.

Estimado(a) socio(a):

Como es de su conocimiento, la Sociedad Chilena de Ciencias del Mar, desde 2010 entrega anualmente el Premio “Honor in Scientia Marina” a un socio(a) que haya tenido una clara y destacada participación en las actividades de la Sociedad, en su misión de fomentar y promover el desarrollo de las Ciencias del Mar en Chile.

Dando cumplimiento a este objetivo, el Directorio de esta Sociedad convoca a los(as) socios(as) para nominar candidatos/as a este Premio para el presente año, de acuerdo a las bases y protocolo que se adjuntan a esta convocatoria.

Considerando que este reconocimiento será entregado en la Ceremonia Inaugural del XL Congreso de Ciencias del Mar, co-organizado con la Universidad de Magallanes, a efectuarse entre el 25 y 29 de mayo de 2020, el cierre de la recepción de las propuestas de candidatos/as será el martes 31 de enero de 2020. Las propuestas, junto con la documentación de apoyo en formato PDF, deberán ser enviadas al Secretario del Directorio, Sr. Pedro Vergara (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.).

Martes, 15 Marzo 2022 13:22

CURSO PRE Y POSTGRADO INTERNACIONAL

EVO-DEVO IN ASCIDIANS AND OTHER CLONAL MARINE DEUTEROSTOMES: DEVELOPMENTAL GENES, STEM CELLS, REGENERATION

(PROYECTO SPRINT 4/2017- GRANT 2018/50017-0)

(FAPESP UNIV. SAO PAULO, USP-UNIVERSIDAD DE MAGALLANES, UMAG)

 

Entre el 9 y el 12 de diciembre

Proceso de Inscripción entre el 25 y 29 de noviembre (vía on line)

Lugar: Facultad de Ciencias Universidad de Magallanes e Instituto de la Patagonia

Organizan: Universidad de Magallanes - Universidad de Sao Paulo

2-13 diciembre 2019 

Centro Cultural Tío Lalo Parra, Cerrillos

Conversatorio con la Sociedad Chilena de Ciencias del Mar 

Nombre: Cambio climático y sus efectos sobre la pesca y la acuicultura: ¿cómo puede contribuir la investigación a  la resiliencia del sector? 

Objetivo: Resaltar la importancia de la pesca y la acuicultura, como generador de bienes y servicios para la sociedad, y las necesidades de investigación para el diseño de estrategias de adaptación al cambio climático.

Justificación: El océano está siendo seriamente amenazado por el cambio climático y otros efectos antrópicos, y es fundamental abordar los requerimientos de conocimiento y transferencia del mismo para mejorar las capacidades de adaptación al cambio climático en pesca y acuicultura. La adaptación es fundamental, especialmente para aquellos países y territorios que tiene alta dependencia de la pesca y la acuicultura, como es el caso de Chile. En el marco de los objetivos de desarrollo sostenible N° 14 de la Agenda 2030, ello se vuelve prioritario, considerando que es muy probable que el mar juegue un papel fundamental, generando proteínas para sostener la demanda de la creciente población humana, como un ecosistema que puede moderar el cambio climático y como un ecosistema que provee bienes y servicios para el desarrollo. Para esto se requiere generar conocimiento científico, identificar brechas críticas y fortalecer las redes y la cooperación internacional para la investigación orientada a la adaptación, con especial atención a las necesidad locales presentes y futuras. 

Estrategia: Cuatro presentaciones cortas de científicos nacionales, seguido de un panel de discusión acerca de cómo acelerar la generación de conocimiento y su transferencia para alimentar políticas publicas adaptativas en pesca y acuicultura.

Público objetivo: Representantes de organizaciones de la sociedad civil, usuarios, académicos y representantes del sector público y privado interesados en el devenir de la pesca y la acuicultura como motores de alimento sano y desarrollo sustentable. 

Lugar: Auditorio, Centro Cultural Tío Lalo Parra, Cerrillos.

Institución Responsable: Sociedad Chilena de Ciencias del Mar (SCHCM)

 

PROGRAMA

Moderadora: María Ángela Barbieri (PUCV)

16:30 - 17:15 horas. Presentaciones de 10 minutos 

Bienvenida: Laura Farías (Coordinadora Tema Océanos COP25)

Doris Soto (INCAR, UDEC): Evaluando vulnerabilidad de la acuicultura para generar resiliencia.

Nelson Lagos (MUSELS, UST): Cerrando la brecha entre las estrategias de adaptación frente a los impactos del cambio climático y la industria de la acuicultura de moluscos en Chile.

Claudio Silva (PUCV): Sistemas de información del océano para incrementar la capacidad de adaptación en pesca y acuicultura. 

Mario Acevedo (SUBPESCA): Fortalecimiento de la capacidad de adaptación en el sector

Pesquero y acuícola chileno al cambio climático. 

17:15 - 18:00 horas.  Panel de discusión e intercambio con el Público

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